Líderes religiosos de Europa señalan la necesidad de atender la crisis humanitaria por migración con generosidad y de forma unificada, “pidiendo a los Estados miembros que sean generosos en su hospitalidad y aboguen por la solidaridad”, como lo expresan en declaración conjunta el Obispo Christopher Hill, Presidente de la Conferencia de Iglesias Europeas (CEC) y el Cardenal Reinhard Marx, Presidente de la Comisión de Conferencias de Obispos (Católico Romanos) de la Comunidad Europea (COMECE).
CEC es una comunión de 114 iglesias de tradición Ortodoxa, Anglicana, Vetero Católica y Protestantes de todos los países de Europa, además del Consejo Nacional de 40 iglesias y organizaciones de la sociedad civil. Ésta es una declaración de organismos que representan a la gran mayoría de los cristianos en Europa.
Comunicado:
La familia europea de naciones se encuentra enfrentando una crisis humanitaria en una escala sin precedentes en su historia de la posguerra. La guerra civil en Siria, la inestabilidad política generalizada en otras áreas de Oriente Medio y la pobreza extrema en muchas partes de África subsahariana han obligado a más de dos millones de personas, muchos traumatizados por la guerra, otros desesperada por la pobreza, a solicitar asilo o la oportunidad de una vida mejor en Europa. La crisis migratoria ha recibido una amplia cobertura mediática, el mundo político se ha moviliza para encontrar soluciones, comunidades religiosas y la sociedad civil en toda la Unión Europea (UE) han respondido con calidez y generosidad a veces sorprendente, sobre todo a aquellos cuya necesidad es mayor. Los riesgos de crisis y el sufrimiento de aquellos que buscan en Europa refugio, asilo y la oportunidad de una vida mejor, es un riesgo abrumador cada vez más agudo -no menos importante la llegada del invierno- a menos que una respuesta política, con el apoyo proporcional de todos los estados miembros de la UE, sea inminente.
Los líderes cristianos de todo el continente han hecho oír sus voces, pidiendo un trato humano a los migrantes, pidiendo a los Estados miembros que sean generosos en su hospitalidad y aboguen por la solidaridad en toda la Unión, ampliando la bienvenida a los solicitantes de asilo, con especial sensibilidad hacia los más vulnerables, especialmente a las familias con niños y menores no acompañados. Nosotros, en calidad de presidentes de las dos agrupaciones más grandes de las comunidades cristianas en la Unión Europea, renovamos nuestro alegato en favor de una respuesta política concertada y unificada a la actual crisis migratoria y nos comprometemos con el apoyo de las Iglesias que representamos al desempeñar nuestra parte, en todos los niveles, de lo local/parroquial a lo nacional, al abrazar con generosidad el doble desafío de dar la bienvenida a los hermanos y hermanas de más allá de nuestras fronteras territoriales en desesperada necesidad y que busca ayuda de nosotros, y por de una parte integral de la sociedad europea a la que pertenecemos.
Refugiados en Hungría
México Anglicano 